-¿Me quieres decir algo?
-Ehm... No.
-¿Segura? Llevas esperando mucho este momento y, ¿no me quieres decir nada?
-La verdad es que sí, pero paso de decírtelo.
-¿Por qué?
-Porque me mirarías de otra forma, porque seguramente ya lo has oído de muchas fans, porque paso de quedar mal y...
-¿Y?
-Porque me da vergüenza.
-Venga, dímelo. Estamos tú y yo solos, no hay nadie más.
-Pero es que tengo miedo a tu reacción...
-¿Sabes? Reaccionaré de la manera en la que el corazón me diga.
-Está bien... Podría decirte un discurso sobre lo mucho que te admiro, lo mucho que significas para mí y todo lo que siento hacia tí, pero ¿sabes? Lo voy a resumir en dos palabras: te quiero.
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